martes, 29 de diciembre de 2009

Good bye, 2009


No ha sido un mal año pero no puedo evitar sentir unas ganas tremendas de decirle adiós a este funesto 2009 y sentarme a recibir al 2010 (el cual es una tremenda incógnita y nos puede sorprender en cualquier sentido).

Millones de compatriotas en el paro, el déficit público por las nubes a punto de sacarnos de la UE, la cifra de destrucción de empleo subiendo sin parar, el PIB por los suelos, rozando la deflacción....

Simplemente quería desearos a todos vosotros (sabeis quien sois) lo mejor para el año que va a comenzar. Que todos vuestros deseos se hagan realidad.

Este año ha sido malo pero no tanto. Como decía la canción de Simple Minds... "Alive and kicking". Seguimos ahí, eso es mucho. Para mí sólo pido salud, del resto puedo encargarme.

Buena suerte donde quiera que esteis.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Temporal de otoño

El otoño ha llegado tarde pero con fuerza. Esta mañana, de camino a mi trabajo, he parado en la Playa del Camello ha hacer alguna foto. No son gran cosa pero dan idea del temporal que hay en tierra y en el mar.

Foto: La Playa del Camello.
Foto: La isla de Mouro desde la ensenada de El Camello.

Foto: La isla de Mouro desde la península de la Magdalena.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Nothing lasts forever, even cold November rain

Es domingo por la tarde. Son solamente las 18:30 pero es de noche. El cielo se está cayendo sobre Santander, el acceso a la calle donde vivo, desde la Avenida del Faro, se ha inundado.

Después de dos meses de otoño que no han sido tal, sino más bien una deliciosa prolongación del verano, ha empezado a llover. Por una vez los meteorólogos, desafortunadamente, han acertado en su predicción. El pronóstico para este fin de semana era de cielos despejados, sol y calor hasta el Domingo por la tarde en que se anunciaba un fuerte descenso de las temperaturas y temporal del norte con frío y lluvia.

El sábado me levanté perezoso y no salí a navegar (apenas soplaba viento) pero me había despertado al amanecer sin más sueño así que salí a hacer fotos. Nada destacable me temo, quizá esta imagen del faro de la Punta de la Cerda en la Península de la Magdalena, visto desde tierra (i).

Foto: Faro de la Punta de la Cerda en La Magdalena, Santander.

Hoy domingo no tenía nada previsto, esperaba, como un condenado a muerte, resignado, la llegada del frío y de la lluvia. Al despertarme me ha sorprendido ver que hacía sol y, cuando he salido a dar un paseo con mi perro, Nilsson, la temperatura, pese a que sólo eran las 8, alcanzaba los 20ºC.

Ese tigre que todos tenemos dentro, más pequeño o más grande, casi siempre dormido, se ha despertado y he pensado que podía burlar, un ratito solamente, al frío y la lluvia que el destino nos ha preparado, a esta máldita crisis que a veces nos atenaza el corazón y he volado hasta Pedreña para poder navegar en el Stay Calm por última vez antes del verdadero invierno.


He salido de mi puerto, feliz, de pié en popa, sintiéndome, una vez más, el rey del mundo, para navegar. Con manga corta y bermudas. Y después de navegar un rato con un escaso viento me he fondeadeo en mi playa favorita, la de mi niñez, en el Puntal y, aunque la temperatura del agua era de 15ºC, me he dado un chapuzón (pensé que me iba a dar un infarto), más por romanticismo que por placer aunque lucía un sol espléndido y la temperatura era de 26ºC. Incluso he limpiado la obra viva, la parte del casco que está sumergida.

Foto: Embarcadero de El Puntal.

Esta salida en barco de hoy me ha hecho sentirme muy bien. He creído que le robaba un último trozo de verano (de ese que Camus definiera tn bien con eso de ... "En las profundidades del invierno entendí que, dentro de mí, habitaba un verano invencible"), de calor en la piel y en el corazón, de tranquilidad, a este gélido 2009.

Al volver a puerto he recogido el barco cuidadosamente, he metido en un saco un montón de trastos que sólo se usan en verano y he limpiado la cubierta del barco.

Al marcharme, cuando subía por la pasarela desde el pantalán al muelle, me he parado, me he dado la vuelta y he mirado al Stay Calm y he sonreído mientras pensaba... "Ha sido un gran verano. Ojalá lleguen otros".

Nota: El título de este post es parte de la letra de una canción de Guns´n Roses, November Rain.

(i) Este faro toma su nombre de la pieza de artillería que, desde la guerra civil, estuvo emplazada en ese lugar protegiendo la entrada a la Bahía. Los artilleros suelen poner nombres a sus piezas, esta fue bautizada con el nombre de La Cerda.

martes, 27 de octubre de 2009

Re... Views

Este fín de semana tampoco he podido navegar, pero he salido a hacer fotos. Espero que os gusten, no son gran cosa. Son del sábado temprano.


Sony Alpha 550, Objetivo Sony 18-200, apertura f10, tiempo de exposición 6 segundos, ISO200, longitud focal 18 mm.

Sony Alpha 550, Objetivo Sony 18-200, apertura f6,3, tiempo de exposición 1/10 segundos, ISO200, longitud focal 80 mm.

PD Disculpad lo burdo del título.

domingo, 18 de octubre de 2009

Views

No hay mucho que contar de la navegación de este fin de semana . Salí, el Sábado, sobre las 10 de la mañana de mi puerto, con cielos despejados y viento del Este de 4-5 Knts (una birria).

La previsión era de viento creciente rolando a Nordeste 10-15 knts. Sobre las 12 por el Este se asomaba un frente feo feo, con unas nubes negras tremendas y empezó a subir el viento. Como no me apetecía mojarme viré en redondo y puse proa a la Bahía. (Me equivoqué, al final no hubo tormenta y quedó una tarde alucinante de Nordeste).

Aquí os dejo unas imágenes de mi nueva cámara. Adobe aún no ha publicado plugins para este modelo así que la edición que se puede hacer, por el momento, no es gran cosa.

El abra del Sardinero desde el camino a mi casa.

La playa de Mataleñas, se huele el Nordeste.

El Palacio de La Magdalena, al amanecer, camino de mi trabajo, desde el Paseo de la Reina Victoria.

El Palacio de la Magdalena y el embarcadero Real desde la Bahía.


miércoles, 7 de octubre de 2009

Otoño Azul

Llevo unas semanas sin salir a navegar. Unos días por tonterías, otros por cosas más serías... Pero hace mucho tiempo (o me lo parece a mi) que no salgo de mi puerto, en el Stay Calm, de pié en la bañera, con el piloto automático conectado y toda la maniobra lista para arbolar las velas del Stay Calm.



Me muero de ganas de salir a navegar, de oler a salitre, de sentir el sol en la cara, de no pensar en nada, sólo en el viento, en las velas, en el mar y en el barco. Y respirar profundo y contemplar toda la belleza de mi Bahía y del Azul.

El viernes al llegar de trabajo me cambiaré el reloj de pulsera, cumpliendo el rito que antecede a los días de navegación. Me acostaré pronto, nervioso. El sábado al amanecer atravesaré la ciudad, aún dormida, para llegar a mi puerto, con el corazón lleno de emoción, como las primeras veces, hace mil años, en la Escuela de Vela de la Isla de la Torre.

PD Tengo un nuevo juguete, la Alpha 550. Espero navegar este finde y subir algunas fotos de esta nueva "metralleta". Aún no está a la venta en ninguna parte del mundo más que en Japón. El pais del sol naciente, como el de esta primera foto.

viernes, 18 de septiembre de 2009

El Saltillo, el velero del viejo Rey.

El Saltillo es uno de los veleros que ha participado en el II Festival del Mar de Santander y que antes ya visitara con cierta frecuencia nuestra bahía, en solitario o para participar en otros eventos relacionados con grandes veleros, como la regata Cutty Sark. La fotografía está tomada en la parada de velas del pasado día 15 y tratada en sepia.

Charlando hoy con un amigo me comentaba la historia del Saltillo que yo no conocía, si bien sabía que este precioso velero de acero había tenido relación con nuestra Casa Real. La historia que me ha contado Charli (debe tener una memoria prodigiosa, puesto que no ha errado ni uno sólo de los muchos datos con que ha enriquecido su relato) me ha gustado y me he puesto a buscar en la red información sobre este barco con el objeto de escribir estas líneas.

El Saltillo fue construído en 1932 en los astilleros G. de Vries Lentsch de Amsterdam según un diseño (de casco y aparejadura) del arquitecto naval E.P. Hart, casco de acero, 72 pies de eslora.

Inicialmente perteneció a un caballero inglés, D. Lawrie, quién fue su armador algo más de un año antes de ponerlo en venta.

En 1934 el velero es adquirido por Don Pedro Galíndez quien le impone el nombre de Saltillo, el mismo que su casa de Portugalete, llamada así por el pequeño desnivel que había que salvar para acceder desde la casa a la playa. En los astilleros Campers & Nicholson se terminó de acondicionar los interiores del Saltillo para su nuevo dueño.

Durante la guerra civil accidentalmente fue alcanzado por una bomba y tras muchas vicisitudes su propietario Don Pedro Galíndez, amigo personal de Don Juan de Borbón, le cede al Rey (como llamaban los monárquicos a Don Juan) el Saltillo, en 1946, en la época más dura y comprometida para Don Juan, padre de nuestro actual rey, que se había establecido en Estoril en Enero de ese año, desterrado.

Con el Saltillo y formando parte de la tripulación su armador, Don Pedro Galíndez, participó Don Juan en las Olimpíadas de 1948, primeras en celebrarse tras el conflicto mundial. Estando a bordo recibió Don Juan detalles a través de Mercedes Maiz, esposa de Galindez, para reunirse con Franco en La Coruña. Don Juan hizo caso omiso. Siempre se negó a pisar suelo español mientras no estuviera restablecida la monarquía.

Esa entrevista finalmente se celebró en el mar, el 25 de agosto de ese mismo año, a cinco millas al norte del Igueldo, en aguas de San Sebastián. Al parecer en el momento de la entrevista había una fuerte marejada y la conversación tuvo lugar con Don Juan a bordo del Saltillo y Franco en la cubierta del Azor.

En esa entrevista se decidió el futuro de España, en lo que a forma de estado se refiere. Don Juan nunca reinaría y para que pudiera hacerlo su hijo, el entonces Infante Juan Carlos, y al amparo de la ley franquista de sucesión, debía trasladarse a España para ser educado allí. Franco y Don Juan acuerdan que esto sea así pero todo lo relativo a su formación y tutores será decidido por Don Juan. Para Don Juan de Borbón, como legítimo sucesor de su padre, Alfonso XIII y como padre de un niño al que debía envíar lejos, fueron momentos durísimos.

Según relata el Conde de Zubiría en un libro al respecto, tras la entrevista
Don Juan saludó, se puso al timón y dio las órdenes oportunas a la tripulación, mientras Franco, sentado en una silla, aguantaba, como podía, los bandazos del Azor, sacudido por la marejada. En tres minutos y medio -tiempo récord- estaban izadas todas las velas del Saltillo que se alejó a toda marcha.

En el palo del Azor apareció la señal internacional de "Buen Viaje", contestada, en el acto, por la de "Muchas gracias" desde el barco del Rey. Minutos después, ambos interlocutores se habían perdido de vista. Don Juan se volvió a la tripulación del Saltillo y les felicitó: "Buena maniobra. Bravo, muchachos".

"Para que aprendan esos gallegos" fue la respuesta lacónica de los marineros vascos del Saltillo».

En 1958 Don Juan, Conde de Barcelona y una tripulación compuesta por el Duque de Arión, el Almirante Ratsey, el Duque de Alburquerque, Jose María Burgoa, Eduardo Caro, Manuel Pinheiro. Pedro Uriarte, Evaristo Núñez, Dionisio Ortega y Jorge Arnoso emprenden, a bordo del Saltillo el cruce del Atlántico rumbo a América. Don Juan, siguiendo una de las rutas de Colón, cruzó doblemente el Atlántico, con partida y final de las travesías en Lisboa. De aquella aventura, que fue seguida y cubierta por toda la prensa europea y americana, sólo informó en España el ABC. Que el Rey, que así se le conocía a Don Juan, se hiciera a vela y en un barco de treinta metros la ruta de Colón, era poco menos que una impertinencia para un Régimen que masacraba su figura con especial dedicación. En su singladura, Don Juan y su tripulación vencieron al aburrimiento de la calma y a la angustia de los huracanes, y vieron asombrados la caída de un artefacto volador a muy pocas millas de distancia, y que resultó ser uno de los primeros «sputnik» de la Unión Soviética.

Años más tarde el Saltillo fue cedido por su armador a la Escuela de Naútica de Portugalete y ha sufrido algunas vicisitudes más hasta su última restauración.

Buscando información en la red he encontrado un artículo de Alfonso Ussía en ABC sobre el Saltillo y con ocasión de la visita a Santander en la regata de grandes veleros Cutty Sark, del que extracto estas palabras:

"... Ese barco bilbaíno es un trozo aún vivo de nuestra reciente Historia, y da gusto encontrárselo de golpe, con el mismo perfil de siempre, su bandera de siempre, su airoso dibujo de siempre, y siempre con las sombras figuradas en su cubierta de quienes más y profundamente lo navegaron y quisieron. Don Juan y «Peru» Galíndez, amigos profundos y sin estridencias.

En ese velero vasco que una mañana partió del Abra para dibujarse durante años en el horizonte de Estoril y Cascais, se escribieron páginas de dignidad y firmeza, y se navegaron miles de millas con el Rey desterrado.

Por eso he escrito que a muy pocos les dirá algo el nombre de «El Saltillo», y que en el maremágnum de una regata como la «Cutty Sark» con centenares de barcos asombrosos, quizá sus dos mástiles y sus treinta metros apenas se destaquen.

Pero de todos los que hasta Santander han arribado y van a llegar, ninguno puede presentar tanta nobleza, tanta generosidad y tanta historia como ese «Saltillo» de Pedro Galíndez y Mercedes Maiz, que al referirse
a su propio velero siempre lo hacían como «el barco del Rey.

A bordo del «Saltillo», al mando del capitán Cayuela, navega una tripulación compuesta por quince alumnos de la Escuela de Náutica de Bilbao. No lo sé, pero las cosas siempre vuelven a su sitio y no hay quien las mueva. Algunos de esos alumnos ignorarán la historia, el pequeño mundo, del barco en el que navegan. El gran balandro vasco que, gracias a la generosidad de sus dueños, navegó por todos los océanos con el viejo Rey que nunca renunció a la dignidad.».

Siempre recuerdo a Don Juan en las imágenes de la ceremonia de abdicación de sus derechos dinásticos en favor de Don Juan Carlos.

El padre cuadrándose militarmente, con la cabeza inclinada frente a su hijo, frente al Rey, pronunciando con la voz quebrada por la emoción, por años de sufrimiento e incertidumbre estas palabras: "Majestad, por España, todo por España. Viva España. Viva el Rey"

Para mi también, desde ahora, el Saltillo ya siempre será el barco del Rey, Don Juan de Borbón y Battemberg.

Gracias, Charli.

martes, 15 de septiembre de 2009

II Festival del mar en Santander

En aguas de Santander se ha celebrado, entre los días 12 y 15 de septiembre, el II Festival del Mar con la intervención de 37 barcos y grandes veleros tales como el Thalassa, MIr, Europa, Mercedes, Astrid, Cantabria Infinita, Nao Victoria, Bon Temps, Saltillo y muchos otros.

Hoy se ha celebrado la parada de velas como cierre de este festival. A esta parada corresponden las imágenes. La lluvia, en algunos momentos auténtico aguacero, no me ha permitido hacer todas las fotos que hubiera querido pero esas imágenes de lluvia pertinaz y nubes negras con la estampa de estos veleros las llevo grabadas en la memoria, espero que para siempre, como unas de las más bonitas que he vivido.


Adjunto el enlace de la web del Festival del Mar de Santander la cual os recomiendo visitar.
http://www.festivaldelmar.es/

El Mercedes en primer plano y el Astrid al fondo, ambos de bandera holandesa.


El Europa, también de bandera holandesa.


De nuevo el bergantín Astrid.


El Thalassa, bergantín goleta de 3 palos y bandera holandesa.


En primer plano el Astrid, y en segundo plano el Saltillo, bandera española.


En primer plano el bergantín Mercedes, a la proa de este el Thalassa y al fondo , entre los primeros, la goleta francesa Recouvrance, con una línea espectacular.


Primer plano del Thalassa con la goleta francesa Recouvrance a su aleta de estribor.


El Europa visto por la popa.


Primer plano de la Recouvrance.


Otro de mis favoritos, la Nao Victoria, bandera española.

El buque escuela polaco, la fragata Dar Mlodziezy, réplica de la fragata rusa también participante en este festival, MIR.


El Astrid de vuelta a la Bahía con el Palacio de la Magdalena al fondo.

De nuevo la fragata polaca Dar Mlodziezy entrando en Santander con el Palacio de Festivales, del arquitecto Sainz de Oiza al fondo.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

La Regata de las 1000 millas Brittany Ferries, en Santander

NOTA: La web oficial de la regata ha publicado en su página algunas de mis fotografías. Las podeis ver haciendo click en este enlace http://www.1000milles-brittany-ferries.fr/fr/mediatheque/.

La tercera edición de la regata 1000 millas de Brittany Ferries, para barcos de 40 pies (12,5 metros) y dos tripulantes, llegó esta a Santander mañana, después de haber salido el pasado viernes de Saint Malo (Bretaña francesa) destino a Plymouth (Inglaterra).

De allí partieron hasta Santander -donde descansaran durante 12 horas-, de donde partirán hacia Roscoff (Francia), fin de esta regata.

Así se completan las 1.000 millas que dan nombre a este evento y cuyas escalas coinciden con los puertos de recalada de Brittany Ferries, que esponsoriza dicha regata con la colaboración del Real Club Marítimo.

He podido salir a navegar esta tarde y he tenido ocasión de ver a estos Fórmulas 1 del mar navegando en la Bahía. Espero que os gusten las fotos. No os imaginais cómoandan estos barcos con 6 ó 7 nudos de viento. Me gustaría verlos en mar abierto con 20 ó 25 nudos, deben volar, literalmente.









Toda la información de la regata la podeis encontrar haciendo click en el siguiente enlace http://www.1000milles-brittany-ferries.fr.



De la edición de hoy, jueves 10 de septiembre, de El Diario Montañés:

El Real Club Marítimo de Santander dió, en la tarde noche del martes, la entrada al primero de los situados en la regata Brittany Ferries, el 'Cheminee Poujooulat' de los navegantes oceánicos Jourdren y Stamm, que ayer por la mañana, justamente doce horas después de hacer su llegada, abandonaban de nuevo la bahía santanderina rumbo a la bretaña francesa.

Poco antes de tomar su salida el barco líder, hacía su entrada sobre las 9.30 horas la tripulación colocada en el séptimo lugar, la del 'Partouche', y se espera todavía a tres barcos más, que llegaron durante la mañana de ayer, miércoles, con lo que son 10 las embarcaciones que continuan en competición.


Los barcos que entraron entre el primero y el séptimo puesto lo hicieron entre las 3 y las 5 de la madrugada, en plena oscuridad. Se les vio de nuevo tomar la salida entre las 15.00 y las 17.00 horas. Los espectaculares veleros fondearon frente al Real Club Marítimo de Santander. Los tripulantes aprovechan la 'pit spot' de 12 horas para efectuar reparaciones, descansar y coger fuerzas para la larga travesía.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Crew wanted (Se busca tripulación)


“Men wanted for hazardous journey. Small wages. Bitter cold. Long months of complete darkness. Constant danger. Safe return doubtful. Honour and recognition in case of success.”

(Ernest Shackleton)

“Se buscan hombres para peligroso viaje. Salario reducido. Frío penetrante. Largos meses de completa oscuridad. Constante peligro. Dudoso regreso sano y salvo. En caso de éxito, honor y reconocimiento”

(Ernest Shackleton)

Así rezaba el anuncio que Ernest Shackleton publicaba en 1911 en el Times de Londres buscando tripulación para su expedición a la Antártida en el Endurance.

Milagrosamente, después de quedar atrapados en el hielo, el irlandés devolvió con vida a toda su tripulación a Inglaterra, donde fueron recibidos como héroes.

Se me ha ocurrido una idea.

Navegando en la bahía.

Este cuaderno de bitácora se ha convertido en un lugar con diferentes usos. Unos pocos lo frecuentais a menudo, otros vienen poco, algunos se asoman y no vuelven, hay quien deja un comentario, quien se limita a leer...


Pero, y no es un tópico, para mi todos sois importantes, todos aportais vuestra gota de agua para que este barco, este blog, siga navegando. Cada visita, cada comentario, suponen una acicate para continuar contando cosas y enseñando imágenes.

Se me ha ocurrido que estaría bien que todos vosotros escribierais o aportarais algo para publicarlo aquí. Había pensado en enviaros (a los que dispongo de la posibilidad) un mail de invitación pero he desechado la idea. Uno, no tengo las direcciones de todos a los que me gustaría invitar (todos los que pasais por aqui o querais). Dos, no quiero que nadie se sienta obligado.

Texto libre, esto es un blog naútico pero no me gusta poner límites. Cualquier cosa, un relato, un poema, tres líneas,una foto, un video, una canción, un trozo de una película... lo que querais.

Lo que me gustaría es que participarais y sé que todos estamos muy liados y cuesta encontrar un rato. Por eso lo pongo todo lo fácil que puedo, libertad de tema, soporte, etc, etc, no hay plazo....


Si alguien se anima... Mi mail está en mi perfil.

Solo me queda animaros a todos, a cualquiera que pase por aquí, a participar. Esto nos unirá como tripu.

Buen viento y un palmo de agua bajo la quilla.


PS Hay una "pequeña gran diferencia" entre esta foto y la del anterior post. ¿Quién se ha fijado? Hay premio.

domingo, 30 de agosto de 2009

Under Construction (Re)

Puede resultar manido pero es cierto. Establecemos una relación con el barco que va más allá de la pura posesión de algo o de la consideracón de tu barco como un simple objeto o un medio de transporte. Un coche, en mi caso, es una simple máquina, en algunos casos asombrosamente sofisticada eso sí, y siempre de utilidad, pero no pasa de ahí.

El barco tiene espíritu y, como en el caso de los perros, se suelen parecer a sus amos. Hay barcos alegres, tranquilos, marineros, insulsos, torpes, nobles, cursis, elegantes y hasta barcos aboslutamente idiotas (yo he conocido un par).

Nunca hasta ahora me he parado a pensar qué clase de barco es el Stay Calm o qué adjetivos lo definen y supongo que sería más acertado pedir esa descripción a alguien que no fuera yo, ¿qué va a decir un padre de su hijo favorito?, pero eso no es posible así que abordaré la cuestión con la menor subjetividad posible y tratando de ser autocrítico y realista.

El Stay Calm está en la treintena, puede parecer mucho tiempo (imaginaos un coche de 30 años...) pero vino al mundo con cuidados y buenos materiales y técnicas de fabricación por lo que puede decirse que, en lo que a la edad se refiere, está bien conservado y en la flor de la vida.

Es un barco pequeño y en algunos aspectos es incómodo (el paso de la bañera hacia proa es complicado, sobre todo con un poco de mar, y se echan de menos unos centímetros más de manga, especialmente en popa). Sus líneas son propias del diseño imperante en los 70, con el casco en forma de V, primando la seguridad sobres otras consideraciones, como la velocidad, que hoy, por contra, imperan casi siempre.

En navegación es un barco alegre, como lo definió alguien que conozco "con un navegar muy rumboso". No anda mal con vientos suaves y con vientos fuertes es un barco seguro, noble, que perdona sin dudar los errores de su patrón y que pese a su escasa eslora se comporta con valentía. Con mar no se arredra y te trasmite calma y seguridad a pesar de los saltos.

Si tuviera que escoger una sola palabra para definir mi barco diría que es Marinero. Según el Diccionario de la Real Academia Española de la lengua la definición para este adjetivo es: Dicho de una embarcación: Que posee las características necesarias para navegar con facilidad y seguridad en todas circunstancias. Creo que el Stay Calm cubre los extremos de esta definición.

Como en cualquier relación pasamos por etapas de todo tipo. Hay épocas en las que todas las horas juntos son pocas. Hay veces que, para no arruinar la relación, es bueno separse, dejar que corra el aire y verse menos. Pasamos por fases de indiferencia, de apasionamiento, de enfado...

Este verano el Stay Calm y yo hemos pasado muchas horas juntos, horas de felicidad, de disfrute, sintiendo calor en la piel y en el corazón (que es la mejor emoción), compartiendo el tiempo con mi familia y algunos amigos. Hoy, mientras pasaba el domingo por la tarde, solo, en mi barco, en el pantalán, lijando y barnizando (tecera capa) algunas piezas de madera, pensaba en todo esto que os cuento. Trabajar con las manos no es lo mío y sin embargo creo que es una buena medicina para nuestras mentes. Te permite dejar atras las preocupaciones cotidianas y otras que no lo son tanto ,y nos produce satisfacción y orgullo la contemplación de lo que hemos creado, de lo que logramos.

Y pensaba esto esta tarde, una calurosa y despejada tarde de verano, descalzo, tumbado sobre la cubierta del Stay Calm, en posturas imposibles, lijando y barnizando su madera y me he sentido bien y al tiempo un poco culpable por no haberlo hecho antes. Me cuida, a mí y a los míos, me hace feliz y yo, desgradecido, le escatimo unos mínimos cuidados... Pero también me he dado cuenta, de que le estoy redescubriendo, que me ha vuelto a conquistar y que tengo un montón de cosas en mente para él, para mejorarle y que sea el barco más guapo y digno de todo la bahía.


Buenas noches donde quiera que esteis.

martes, 25 de agosto de 2009

Las Perseidas

Cada año entre el 17 y el 24 de agosto la tierra cruza la órbita del cometa Swift-Tuttle que deja tras de sí multitud de partículas que apreciamos desde la tierra en forma de estrellas fugaces. Se llaman Perseidas porque la lluvia de estrellas se hace más visible junto a la constelación llamada Perseo.

Ni siquiera recuerdo qué día exacto era pero recuerdo que el día había sido muy bueno. Despejado, azul, cálido. En definitiva, un gran y agradable día de verano. Al salir del trabajo recogí a mi gran amigo Javi en su casa y salimos a navegar, hasta la Playa de Mataleñas, baño incluido en alta mar con el barco al pairo.

Al volver a Santander después de dejar el barco en Pedreña decidimos ir a un prado que hay tras el faro de Cabo Mayor y ver desde allí la lluvia de estrellas.

Y allí nos tumbamos sobre la hierba, mirando el cielo, disfrutando de una noche cálida, de un cielo despejado y cubierto de estrellas, del sonido del mar en los acantilados cercanos y de la impresionante vista del mar entre La Magdalena y Cabo Mayor, con las luces de fondeo de algunos mercantes en el Abra y las luces de la ciudad en la costa.

No vimos demasiadas estrellas pero, para mi, fue la noche que etiqueta este espléndido verano.

La foto está tomada esa noche.

Donde quiera que estéis... Buenas noches.

sábado, 1 de agosto de 2009

El Puntal

Con este nombre, en Santander, nos referimos a un inmenso arenal, con forma de sable, que está en la Bahía. Se extiende desde la Isla de Santa Marina y los pueblos de Loredo y Somo, en un recorrido de más de 2 kilómetros, y fimalmente penetra, como la punta de una espada, en la Bahía, a no demasiados metros de la playa de La Magdalena, junto a la canal de acceso de los mercantes a la ciudad de Santander.

Tiene dos orillas, la sudoeste que queda enfrente de Pedreña y la nordeste que mira de frente a la ciudad de santander y su bahía. La orilla sur es de aguas más frías al recibir la corriente del Río Cubas que desemboca cerca. Además es de aguas más mansas que el lado opuesto. La orilla Norte es de aguas más templadas pero más bravas, uno parte de la playa en esta zona se llama Las Quebrantas, nombre bastante ilustrativo y que en el pasado fue un lugar donde fueron a naufragar no pocos navíos.

Al Puntal se puede acceder por tierra o por mar. Desde Santander en los meses de verano hay un servicio de lanchas de pasajeros que cubre, cada media hora, los trayectos de ida y vuelta desde la ciudad hasta la playa y viceversa. Por tierra se puede acceder circundando la bahía, desde los pueblos de Loredo y Somo.

Es una playa tan grande, tan impresionante, que da opciones para todos los gustos. A quien le guste la tranquilidad probablemente elegirá la parte nordeste, más batida por el viento pero con una incomparable vista de la Bahía, la península de la Magdalena, la Isla de Mouro y el mar abierto hacia el norte. La parte sur queda para quien busque protección del viento, un fondeadero atestado de barcos en verano y un par de chiringuitos en los que tomar una caña fresquita y las típicas raciones de Santander; rabas, bocartes, almejas, navajas, caracolillos...

A esta playa he ido desde que tengo memoria. Con mis padres. Recuerdo felices y largos días de playa en el Puntal, los baños en la parte norte. Contemplar la salida del Ferry a Plymouth a escasos metros de la orilla. Los paseos hasta Somo con mi madre. Sentarme en el embarcadero de madera a ver los saltos y piruetas de algunos bañistas.

Después, sin saber bien por qué, pasaron muchos años sin volver al Puntal.

Este verano he vuelto a pasear por su arena y, repentinamente, mil recuerdos felices, y perdidos hasta ahora, han vuelto a mi memoria. Mil sensaciones que me han hecho recordar y sonreir. Ahora voy con mi propia familia, mi mujer y Victoria.

Colores, olores, tactos, sonidos, imágenes... La fínísima y cálida arena, el olor a gasolina de los motores fueraborda, la sensación de pisar la seca madera del embarcadero, el roce de las hojas de las plantas en la parte alta del arenal, en las dunas, el olor del viejo chiringuito de madera, el fuerte viento nordeste, la arena fangosa en la orilla sur, el ruido de los motores diesel de las lanchas rojas de pasajeros...
Y lo mejor de todo, por un momento he cerrado los ojos y he podido oir la voz de mi padre explicándome cosas, el olor de mi madre... y me ha invadido una enorme sensación de tranquilidad, de seguridad, de protección.

Ahora ellos ya no están aquí.. pero no importa... Porque sé que cada verano puedo ir al Puntal y cerrando los ojos y dejándome llevar podré reunirme con ellos, sólo un instante, y ver otra vez a mi padre saliendo del mar, alto, invencible, y sentir el tacto suave y cálido de la piel de mi madre mientras me abraza, sentados los dos, mirando al mar.

Tengo que contárselo todo a Victoria.

viernes, 10 de julio de 2009

J80










El mundial de la clase J80 se está disputando, desde el pasado 6 de julio y hasta el 11 del mismo mes, en aguas de la bahía de Santander.

Es un espectáculo ver 131 barcos de la misma clase, exactamente iguales, compitiendo en un campo de regatas.

Hoy el día lucía espectacular y he podido salir a navegar en el Stay Calm hsta acercarme al campo de regatas para ver disputar la última manga.

Dominio de los barcos españoles frente a la amplia flota internacional, están aquí los mejores navegantes de la clase, y un intenso enfrentamiento entre las flotas canaria y santanderina. Mañana el desenlace. Espero que os gusten las fotos.

sábado, 2 de mayo de 2009

Nacido para correr


He podido navegar dos días.

El viernes el pronóstico, que se cumplió punto por punto, anunciaba chubascos por la mañana que darían paso a nubes y claros, ganando la batalla los claros a medida que avanzase el día.

Pese a que me acosté bastante tarde a las nueve de la mañana me levanté, saqué a Nil a dar su paseo matinal y a las 10 estaba en Pedreña. El cielo estaba nublado, bastante negro, así que entré en un bar del pueblo, el típico bar pequeño, siliencioso, aún vacío a esas horas, para hacer tiempo desayunando mientras el día terminaba de definirse. Disfruté el ratito, me tomé un enorme café con leche y una tostada mientras leía la prensa del día anterior (da igual, desgraciadamente). Finalmente, viendo que no despejaba, me cansé de esperar, llegué a la Marina de Pedreña, preparé rapidamente el barco, me puse el traje de aguas y salí por la bocana dispuesto a disfrutar y... me cayó un chubasco en toda la cabeza.... Mal. El día empezaba mal.

Después de calarme las nubes empezaron a alejarse, el cielo y el mar empezaron a teñirse de azul mientras yo disfrutaba del viento perfecto, 15 nudos, y de la bahía. El día que había empezado tan gris, tan oscuro, se convirtió en un día perfecto para navegar. El Stay Calm con todo el velamen, mayor y génova, se defendía perfectamente con esos 15 nudos, navegando bastante adrizado y tranquilo lo que me permitió disfrutar del paisaje, hacer algunas fotos (como las de este post) y ver la regata de la Copa de España de J80 que se ha disputado este fin de semana en el abra del Sardinero y que lideran dos barcos de la flota de Santander, el Nextel y el ECC, a falta de conocer los resultados de la serie de regatas de hoy (que se están disputando sin apenas viento).

El sábado amaneció completamente despejado y muy ventoso. A las 10 salía de mi puerto en el Stay Calm y a pesar de la hora tan temprana ya soplaban 15 nudos. Nada más salir del canal de Pedreña a la Bahía vi salir a la flota de J80 hacia el Sardinero, unos 60 barcos, una escena muy bonita. (Esta mañana he leído en la prensa que la regata fue bastante accidentada, por la dureza del mar y el viento, con diversas roturas de material, algún tripulante accidentado, varios abordajes y un hombre al agua).

La previsión era de NE en aumento hasta llegar a los 20-25 nudos así que decidí reducir la superficie vélica tomando un rizo en la mayor. Fuera de la bahía había una ola muy intensa, no demasiado alta pero corta y molesta, con mucho spray barriendo la cubierta. Cuando el viento empezó a subir volví a entrar en la Bahía y pasé tres horas divertidísimas haciendo bordos a lo largo de ella. Ceñida (proa al viento) desde el W al E de la bahía y través (viento por el costado) desde el E hasta el W y vuelta a empezar. Escoras de 40º, algunos problemillas para adrizar el barco en momentos en que el viento subía y cargaba la racha con intensidades de 22-24 nudos. Un día así te hace estar muy concentrado, con la escota en la mano , cazando y amollando la mayor , orzando para meter la proa al viento todo lo que se puede y ganar barlovento al tirar otra bordada.



Ayer pensaba mientras navegaba que sueño tanto con navegar, lo deseo tanto, que a veces se me olvida cómo es, se me olvida por qué me gusta tanto . Pero en días como ayer recupero la memoria.

Realmente no sé explicar con cierta coherencia y detalle por qué me gusta tanto pero ,si sirve de algo, diré que en días como el de ayer, con el viento y el sol en la cara, empapado por los rociones, con una mano en el timón, la otra en la escota de mayor, tratando de acumular agilidad en las viradas para dar un golpe de timón de 90º, soltarlo para liberar la escota del génova, cazar la de la otra banda mientras la botavara pasa a toda velocidad de un lado a otro rozando tu cabeza... En momentos así, con el barco navegando alegre y sereno mientras, sentado en la regala, miro los catavientos tratando de sacar un nudo más al barco, respiro todo lo hondo que puedo, sólo me importa el mar y soy feliz.