No, no... Tranquilos. No me ha dado por escribir fábulas en plan Esopo (que creo que era un monstruo en estas lides).
Tampoco me he visto enredado en ningún turbio asunto de narcotráfico con ramificaciones internacionales.
¿Por qué este título?
El Camello es una playa. Está situada entre el Sardinero y La Concha de un lado y la Península de La Magdalena de otro. Toma su nombre de una roca que hay, casi en el mar, y que como veréis en la primera foto tiene forma de.... Dromedario... Cosas que pasan.
Tampoco me he visto enredado en ningún turbio asunto de narcotráfico con ramificaciones internacionales.
¿Por qué este título?
El Camello es una playa. Está situada entre el Sardinero y La Concha de un lado y la Península de La Magdalena de otro. Toma su nombre de una roca que hay, casi en el mar, y que como veréis en la primera foto tiene forma de.... Dromedario... Cosas que pasan.
Lo cierto es que la Playa del Camello es un lugar muy bonito pero no sé por qué es una de las playas de santander que menos he "usado". Esta mañana al levantarme he escuchado en la radio la previsión meteorológica para hoy para navegación. Han dado aviso de temporal, fuerza 8. Para que os hagáis una idea en la escala de Beaufort eso es "Temporal", vientos de 34 a 40 nudos, y literalmente dice: Grandes olas rompientes, franjas de espuma. Se quiebran las copas de los árboles, circulación de personas dificultosa. Así que he descartado salir a navegar y he decidido llevar a Nil a la playa a jugar un rato.
Al llegar a la playa he visto desde lejos que, en la orilla, había un pato (al principio pensé que era un ave muy abundante aquí, un Cormorán, pero no, era un pato).
Foto 2: El chulo del pato paseando (como se demostrará más tarde aparte de un chulo era un facineroso y un pato bastante violento).
He pensado: Bueno, seguro que se irá rápido. Error.
Al llegar a la playa he visto desde lejos que, en la orilla, había un pato (al principio pensé que era un ave muy abundante aquí, un Cormorán, pero no, era un pato).
Foto 2: El chulo del pato paseando (como se demostrará más tarde aparte de un chulo era un facineroso y un pato bastante violento).
He pensado: Bueno, seguro que se irá rápido. Error.
Así que he bajado con Nil a la playa. Nilsson es un Labradotr Retriever, lo cual quiere decir que es un "cobrador", no de deudas sino de "piezas de caza". Así que cuando ha visto al pato en la orilla, bañándose como un marqués en domingo, a Nilsson se le han despertado instintos que yo no sabía que tuviera (y que el mismo Nilsson también desconocía). Digamos que Nilsson decidió que debía "cobrar" ese pato.
Foto 3: Nilsson intentando cobrar el pato.
No hay más fotos. Todo lo que sucedió después es vergonzoso y de hecho no sé por qué os lo cuento pero lo haré brevemente. La estrategia del pato de parecer asustado de Nilsson y huir fué sólo eso, una estrategia. Este pato en concreto debe haber hecho la mili en la legión o haberse criado en un barrio muy duro porque después de entretenerse un rato, haciendo que huía de Nilsson, se enfadó o decidió que ya estaba bien de hacer el tonto y contratacó.
Puso a Nilsson en fuga hasta que el tonto de él se metió en el agua mientras el pato desde la orilla no paraba de decir: Cua, Cua. Aunque yo creo que decía, sal si tienes lo que hay que tener que te voy a dar lo tuyo y lo del inglés.
Hasta ahí yo estaba medio muerto de risa pero el pató se me quedó mirando con aire muy chulesco, debió de parecerle mal lo de mi risa y pareció pensar: a este imbécil le voy a borrar la sonrisa de la cara de golpe, porque la emprendió a picotazos conmigo al grito de Cuá, cuá. El muy cobarde de mi perro aprovechó el momento para salir corriendo del agua y subir como una exhalación, cruzando la playa, hasta el coche. Yo seguí a Nilsson y el pato me siguió a mí sin parar de decir sus Cuá, Cuá y sin parar de darme picotazos en ese sitio donde la espalda pierde su nombre.
El único consuelo que me queda es que los únicos testigos de un episodio tan bochornoso fueron los empleados municipales de limpieza de playas a los cuales les alegramos, entre Nilsson, el pato y yo, la mañana.
Nilsson y yo hemos hecho un pacto tácito de no volver a comentar este ignominioso episodio. Sólo queremos olvidarlo cuanto antes y borrarlo de nuestras mentes.
Por cierto, ya sé porque no voy a la playa del camello, porque hay patos asesinos.
Foto 3: Nilsson intentando cobrar el pato.
No hay más fotos. Todo lo que sucedió después es vergonzoso y de hecho no sé por qué os lo cuento pero lo haré brevemente. La estrategia del pato de parecer asustado de Nilsson y huir fué sólo eso, una estrategia. Este pato en concreto debe haber hecho la mili en la legión o haberse criado en un barrio muy duro porque después de entretenerse un rato, haciendo que huía de Nilsson, se enfadó o decidió que ya estaba bien de hacer el tonto y contratacó.
Puso a Nilsson en fuga hasta que el tonto de él se metió en el agua mientras el pato desde la orilla no paraba de decir: Cua, Cua. Aunque yo creo que decía, sal si tienes lo que hay que tener que te voy a dar lo tuyo y lo del inglés.
Hasta ahí yo estaba medio muerto de risa pero el pató se me quedó mirando con aire muy chulesco, debió de parecerle mal lo de mi risa y pareció pensar: a este imbécil le voy a borrar la sonrisa de la cara de golpe, porque la emprendió a picotazos conmigo al grito de Cuá, cuá. El muy cobarde de mi perro aprovechó el momento para salir corriendo del agua y subir como una exhalación, cruzando la playa, hasta el coche. Yo seguí a Nilsson y el pato me siguió a mí sin parar de decir sus Cuá, Cuá y sin parar de darme picotazos en ese sitio donde la espalda pierde su nombre.
El único consuelo que me queda es que los únicos testigos de un episodio tan bochornoso fueron los empleados municipales de limpieza de playas a los cuales les alegramos, entre Nilsson, el pato y yo, la mañana.
Nilsson y yo hemos hecho un pacto tácito de no volver a comentar este ignominioso episodio. Sólo queremos olvidarlo cuanto antes y borrarlo de nuestras mentes.
Por cierto, ya sé porque no voy a la playa del camello, porque hay patos asesinos.