domingo, 25 de mayo de 2008

Sólo para mirar

No tengo tiempo de escribir un rato. Creedme que tengo ganas de contaros cosas, de divagar un rato y trasmitiros la alegría y tranquilidad que siento (por nada en especial) pero no tengo tiempo. Prometo hacerlo.

Al menos quería compartir con vosotros mi paseo por La Magdalena de esta mañana y unas imágenes tomadas desde el barco, también hoy, con un día primaveral, una vez más, a pesar de la nefasta (y errónea) previsión de meteo para hoy.

Un abrazo a todos y besos para todas.






sábado, 17 de mayo de 2008

Un gran día

Para hoy, en todas las previsiones que consulté anoche (sabiendo ya que no eran buenas), el pronóstico era de viento del NW, fuerza 4 cayendo a fuerza 3 al final del día, y chubascos aislados y nuboso durante toda la jornada. A pesar de que no me gusta mojarme esta mañana me he levantado decidido a salir a navegar. He dado un paseo con el viejo Nilsson, he hecho la compra semanal y después de meter en el petate el traje de aguas he ido en el coche hasta la Marina de Pedreña donde duerme el Stay Calm.

Allí, después de estibar mis cosas a bordo, me he encontrado con Eduardo, el anterior armador del Stay Calm y se ha venido conmigo. Gran tipo Eduardo. Estas son las imágenes del día que hemos podido disfrutar, cosas de la meteo (tantas veces impredecible). Hemos salido unas 10 millas al norte, no ha habido suerte con los delfines. A cambio las condiciones para la navegación han sido inmejorables, 10-15 knts de viento del W, limpio, sin rachas y poca ola, mar rizada rolando a marejadilla.marejada al final. La entrada en la bahía con el viento por la aleta, surfeando las olas de popa con el GPS marcando puntas de 8.4 Knts. Que lo disfrutéis.

Saliendo hacia el Norte


Teníamos prioridad y nos la dió. Gracias, Capitán. Buena proa.



La Península y Playa de La Magdalena

El Palacio de La Magdalena desde Pedreña con El Puntal en primer plano

Y para terminar, el día nos regaló este cielo...

Ha sido un gran día. No hay duda.

lunes, 12 de mayo de 2008

El Mundo en sus manos


The world in his arms (Raoul Walsh, 1952),esta genial película en su traducción español se tituló El mundo en sus manos.

Desde que ví esta película por primera vez, con 8 ó 10 años, me encantó.

¿Quién no ha querido ser el Capitán Jonathan Clark, el hombre de Boston, que tan espléndidamente protagonizó Gregory Peck? ¿Quién que haya visto el film no ha deseado dejar todo atrás y embarcarse a bordo de La Peregrina de Salem para surcar el océano hacia Alaska y dar caza al maldito Portugués al que tan magistralmente interpretó Anthony Quinn?

Todo esto lo cuento porque, a veces, navegando, no puedo evitar pensar en el Capitán Clark, y sentirme feliz en mi barco aunque sea pequeño, viejo y, según las modernas tendencias de diseño, lento.

No pienso en todo eso cuando navego.

Cuando dejo tras la estela de mi barco la Bahía de Santander, y enfilo el mar abierto, saliendo entre la Isla de Mouro y Las Quebrantas, virando hacia Cabo Mayor, ciñendo al norte, cuando conecto el piloto automático y me siento en la banda de barlovento con las piernas estiradas y cierro los ojos un instante sintiendo el viento en la cara, respirando la brisa, oliendo el salitre y escuchando sólo el sonido del viento en las velas y de las olas al romper en la proa... Cuando el tiempo se detiene y ya no hay problemas, ya no hay prisas, ya no eres nadie y solamente queda un hombre, un barco y el inmenso mar, de repente todo está claro, todo es sencillo.

Por un instante me siento como el Capitán Clark y tengo el mundo en mis manos.

viernes, 2 de mayo de 2008

Desde el Stay Calm





Ayer salí a navegar, por primera vez sólo, en el Stay Calm.

Después de recibir las últimas instrucciones sobre seguridad de su anterior armador salí de Pedreña a eso de las 11 de la mañana. La marina de Pedreña tiene su acceso a través de un canal dragado en el fondo arenoso sin el cual , sólo se podría llegar a este puerto en pleamar. Es un canal bastante angosto y con cierto volumen de tráfico de las lanchas de pasajeros pero está bien señalizado con sus correspondientes boyas rojas y verdes.

Preferí gobernar a motor hasta haber salido a del canal de acceso. Son 10 minutos. No hay que tener prisa. Al tener fondo suficiente conecté el piloto automático y me fui al palo para izar las velas y en unos minutos..... Voilá!!! Estaba navegando a vela. El día era espectacular. Salí de la bahía entre la isla de Mouro y Las Quebrantas y ahí viré para ceñir al norte hacia el Faro de Cabo Mayor.

A las 16:00 estaba atracando en Pedreña. Cansado pero muy ilusionado, muy contento.

El Stay Calm es un gran barco. Otro Santanderino, Guillermo López Alonso cruzó el atlántico en él y casi gana esa regata, llegó el segundo. Pero al fin y al cabo sólo necesito cualquier cosa que me sirva para poder navegar.

Estas son las fotos de mi primera singladura en el Stay Calm.