domingo, 2 de noviembre de 2008

Lluvia y frío en Santander, ya es oficial, llegó el Otoño.

Pensando en como empezar este post una idea se me vino a la cabeza. Tratamos, en general creo, de mostrar nuestro mejor aspecto, nuestra cara más amable, sobre todo si tenemos la conciencia de que nos estamos exhibiendo, que nos están observando. Por ejemplo, si alguien que no nos conoce nos pidiera una foto nuestra, normalmente mostraríamos una imagen de nosotros en la que nos sintamos favorecidos. ¿Estamos de acuerdo en eso?

Habrá quien difiera de este planteamiento, supongo, pero creo que es, como todo con matices, básicamente cierto. Si alguien que nunca ha estado en Santander me pidiera que le enviara una foto de La Bahía, le enviaría una de esas fotos de verano, con el cielo y el mar azul y la bahía resplandeciente. Sin embargo hay otras fotos de La Bahía, en otoño y en invierno, que desde luego reflejan otra belleza, otros sentimientos, otras estaciones y hasta otros estados de ánimos. Como solemos decir.... "Para gustos... los colores". De eso se trata, de enseñaros unas imágenes de la bahía diferentes a las que suelo mostraros. De que la conozcáis también en sus días grises y de que, después, decidáis que Bahía es la vuestra. Yo, a pesar de tener mis preferencias, no desecho ninguna de sus caras.

Lleva más de una semana sin parar de llover. Esta mañana de domingo, fría y lluviosa, he salido a hacer algunas fotos. Las dos primeras son desde el Faro de Cabo Mayor.

Esta es la Playa de El Camello, la foto está tomada desde La Magdalena y al fondo a la izquierda de la imagen se ve Cabo Menor y su campo de golf.

Esta seguro que la habéis adivinado. Es la Isla de Mouro. La foto está tomada desde la carretera que sube al Palacio de la Magdalena, un poco al norte del embarcadero real.

Esta es otra vez la Playa del Camello desde el Paseo de Reina Victoria, casi en la Playa de La Concha.

Esta foto y las dos siguientes son de una parte de Santander bastante desconocida para mi, la costa norte (la Bahía mira al sur), a esta parte de la costa, antiguo y humilde barrio de pescadores se le conoce como Cueto y Monte. Es una zona de prados, me he sentido un poco en Irlanda.


Pesqueros varados en la bajamar en la playa de La Maruca.

Estos dos botes están abandonados, parecen agonizar, hay algo triste y hasta siniestro en un barco abandonado.
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17 comentarios:

Leni Qinan dijo...

Hola Fernan, tienes razón, sobre esos barcos abandonados... parecen esqueletos vistos desde dentro. Y sin embargo, son fotos preciosas. Todas. El gris en el mar resulta atractivo. Es otra de sus caras. Ya vendrán días más soleados y mejores para navegar!

Disfruta del final del fin de semana!

Kss.

Anónimo dijo...

Fernando, creo haber estado comiendo en un restaurante cuyo nombre nunca supe, de esos que no son para turistas, desde el que se veían esos barcos varados en La Maruca. Me llevaron allí unos paisanos tuyos con los que trabajé una temporada y tomamos el rodaballo más grande que jamás había visto. Preguntaron al dueño: ¿tienes algún pez para los cuatro? y lo demás vino después. Absolutamente inolvidable.

Por cierto, fue también en un enorme otoño gris.

Un abrazo

Roberto

Anónimo dijo...

Para mí los colores del otoño y del invierno tienen un encanto especial (de hecho fueron mis estaciones preferidas durante toda mi niñez, y hasta depués también).
Provocan otras sensaciones y sentimientos, pero creo que hasta mas profundos que los que te puede traer un día de verano....
Tal vez pueda ser que el verano te conecte mas con resto, y el invierno en cambio llama mas a la 'introspección' y a conectarse con uno mismo...pero qué se yo...es solo otra visión subjetiva....

Las fotos son muy lindas
(los lectores se lo agradecen=)

Buena semana para todos
(y esperemos que pare de llover, y que pueda volver a navegar;)

P

Fernando dijo...

Hola Leni

El gris tiene su atractivo, esc ierto, aquí, en Santander, dura demasiado, eso es todo.

Buena semana.

Fernando dijo...

Hola Roberto,

Tienes buena memoría, efectivamente estos barcos, los varados y los abandonados, están en la playa de La Maruca, en la pequeña ría que entra hacia la costa y encuya orilla derecha están los restaurantes que mencionas (donde, por cierto, se puede comer pescado fresco del cantábrico a unos precios excepcionales). No estaría de más que comiéramos un día juntos los lectores del blog y el que suscribe, si os animáis invito yo.

Fernando dijo...

Hola P

Reconozco que el invierno y el otoño tienen un encanto especial. ¿por qué será que cuanto más meridional es uno más le atrae el invierno?

Lo cierto es que en el cantábrico no hay un otoño y una primavera definidos. El otoño se distingue por esa luz especial del atardecer pero como estaciones puede decirse que sólo tenemos invierno y verano.

Que bien has expresado los sentimientos que provocan el invierno y el verano. ¿Visiones subjetivas....? Yo tampoco, cada día menos.

No ha parado de llover.

Feliz semana.

Anónimo dijo...

...Me puedo prender yo tbn para la comida en un barcito al lado del mar...?

Eso sí....les pediría que me avisen con un tiempito de anticipación, que vivo un poquito mas lejos que a la vuelta de la esquina...=)

Besos
(yo llevo el vino=)
P

Fernando dijo...

P, serás la invitada de honor, un desplazamientyo como el tuyo no merece menos. Estás aún más lejos que LeTi desde las Sandwich.

Anónimo dijo...

Es verdad....entonces coordino con Leni y vamos juntas en pool...jajaja

Andá reservando mesa....=)

Anónimo dijo...

Quizá los colores sean preciosos en el otoño, quizá sea bueno tender a la introspección, pero al final, el estado de ánimo es demasiado hacia los adentros. Y el invierno, demasiado largo.

Me recojo pensando en el verano, en el despertar. Y lo echo de menos cada día de frío... cada día corto que se pasa como un susurro.

Echo de menos los días largos del verano, su luz, la calidez... y las puestas de sol. Su recuerdo son la pequeña candela que no se extingue en estos días de lluvia y frío
.
Y deseo que este invierno se me haga corto.

Sin embargo el mar... el mar siempre es inmenso en cualquiera de sus estaciones.

Saludos.

Ana.

Leni Qinan dijo...

Huuuy si nos están invitando a rodaballo frente a una preciosa playa gris!

Pía: nos encontramos a mitad de camino y viajamos juntas, será un placer!

Fernan: Te tomo la palabra.

Roberto: Vete preparando.

Demás amigos: Lo que diga Fernan, (que dice que invita a rodaballo). :)

Abrazos per tutti.

Fernando dijo...

Bueno, lo del rodaballo no sé de donde salió, pero es uno de los peces mejores que hay por aquí así que.... vale, rodaballo.

LeTi, no me revoluciones al personal que te conozco...

Me tienes en ascuas con lo de tu kidnapping....

charli dijo...

La belleza poética y lo que de bucólico tiene el otoño, no debe estar reñido con lo real de su incomodidad. Pocos momentos más interiorizados que los de un nocturno de chopin (que no sé quién ni dónde proponía por aquí), oído sin ser escuchado, frente a un ventanal abierto a la bahía de este Santander que nos acoge, en un atardecer lluvioso.
No obstante todo ello, cuando la sangre corre realmente alegre y cargada de vida, es en una tarde de verano, con buen nordeste por la amura de estribor y la proa apuntando a Mouro, sin prisas, con calma, sonriendo sin más de puro placer.

Fernando dijo...

Charli....

¡Ole!

No hay más que decir.

Anónimo dijo...

Fernando, lo de volver de una santa vez a Santander y conocerte in person se está convirtiendo en una necesaria y tentadora obligación.

Leni, seguro que no te atreves a salir de tus lejanas y místicas islas...

Fernando dijo...

Pues parece que la cosa se va decantando. Que sí. que sí, que el invierno y el otoño son muy monos pero que donde esté el veranito, el sol, las minifaldas (uy, se me escapó).. pues que se quite todo.

dblancs dijo...

Hola!
Las vistas de la Bahía con el telón de fondo de los Picos nevados....no tienen precio!! Siempre han sido una de mis referencias, y las tengo grabadas en la memoria para visitarlas de vez en cuando. Lo mismo me pasa cuando nieva detrás de Peña Cabarga, toda la zona de Lunada; el contraste con el azul de la Bahía...aaaaayyy, qué lejos estoy, leches!.

Y la "sensación irlandesa" que da la zona de Cueto, La Maruca y demás con sus prados mirando al mr, sus tapias de piedras...ufff...eso mismo pensaba yo hace años, cuando después de clase, me perdía por ahí con la Vespa. Cada vez que vuelvo lo encuentro más urbanzado y no deja de darme pena. Al menos tu foto de las vacas me ha hecho pensar que aún queda algo de autenticidad y/o esperanza!
Un abrazo!
Kiernan